¿Por qué muchas empresas siguen segmentando sus bases de datos de acuerdo a los perfiles de los usuarios?

¿Por qué piensan, por ejemplo, que todas las personas entre 30 y 35 años, del mismo género y con un poder adquisitivo similar son exactamente iguales?

¿Por qué a todos les mandan las mismas campañas?

Otro de los errores que se siguen cometiendo: pensar que todos los usuarios de un mismo segmento son iguales, que a todos les interesan las mismas cosas en el mismo momento.

Creo muy conveniente que todos los marketeros debemos cortar de raíz esta cuestión, dejar de creer en el ya obsoleto mito de la segmentación.

En el mundo real nadie piensa que todos los hombres de 40 años que trabajan en una misma industria, que ocupan puestos similares y que ganan más o menos la misma plata, sean iguales, que les interesan las mismas cosas.

En el mundo digital pasa lo mismo. Es ridículo pensar que todas las personas son parecidas, ya que se puede enviar una misma campaña a dos usuarios que estén dentro del mismo segmento y suponer que los dos van a reaccionar igual, para encontrarse con la sorpresa de que uno reaccionó positivamente y el otro ni siquiera le prestó atención.

Uno te está diciendo «me interesa», mientras que el otro te dice «no me molestes».

Muchas empresas ignoran ese «yo digital» de cada usuario. Sus campañas las planifican de acuerdo a los datos demográficos que obtienen de cada persona, pero no tienen en cuenta los datos más importantes, los de comportamiento.

Éstos se obtienen observando a cada usuario de manera individual: qué le gusta, qué no, cómo reaccionó a mis campañas de email marketing, si navegó mi website y qué navegó, qué contenidos descargó, qué compartió, etc.

Aprovecharlos nos permitirá pensar en estrategias más productivas y exitosas, dirigidas a cada potencial cliente de manera individual.

Porque es fundamental sacarle jugo a la enorme cantidad de datos que tenemos de cada uno de nuestros usuarios. Y esto es algo que no todas las empresas hacen, o porque no saben cómo, o porque no cuentan con la tecnología necesaria.

Y contar con la tecnología necesaria significa trabajar con una plataforma de Marketing Automation.

Pero, lo que hoy siguen haciendo es disparar un mismo mensaje para todos, sin tener en cuenta cuestiones mucho más individuales e íntimas de cada usuario.

Porque las personas se diferencian unas de otras por los comportamientos.

Y nosotros como marketeros debemos saber cuáles son esos comportamientos, para conocer profundamente a cada cliente y a cada prospecto y así pensar la mejor manera de comunicarse con cada uno.

Como escribí la semana pasada en otro artículo, estamos en la era del cliente. La mejor manera de enriquecer su experiencia con nuestra marca es entender cómo se comporta y cuáles son sus intereses.

Así tendremos un conocimiento mucho más exacto de él, lo que nos permitirá diseñar estrategias más sofisticadas que nos ayuden a vender más y a generar vínculos mucho más estrechos con cada uno de las personas.