Acabas de terminar de escribir tu artículo. Te gustó mucho. Le dedicaste tiempo, ganas, energía. Pusiste todo de ti en el mismo. Lo publicas. Estás ansioso por ver la repercusión que tendrá. Esperas que le guste a todo el mundo, que lo compartan, que lo comenten. Esperas que revolucione las redes sociales, que sea viral, que todo el mundo quiera más. Esperas, obviamente, generar millones de leads calificados…
Pero nada, no pasa nada. Nadie lo comparte, a nadie le gusta. Sólo tienes un mensaje de tu papá felicitándote y diciéndote que sigas así. De tu mamá no tienes ninguno porque no sabe cómo verlo, porque no tiene ni Facebook, ni Twitter, porque no tiene ni siquiera correo electrónico.
¿Qué pasó? ¿Cómo puede ser que a nadie le haya gustado? ¿Cómo puede ser que no haya tenido las repercusiones que tanto anhelabas? ¿Dónde te equivocaste? ¿Qué hiciste mal? ¿Qué no hiciste?
Lamentablemente, debo comunicarte que el mero hecho de que hayas escrito un artículo no es suficiente para que tenga el impacto que deseas. No es tan simple. Tienes que tener en cuenta que el marketing digital es toda una ciencia y que las personas que más tiempo y cabeza le dedican son los que obtienen los mejores resultados.
Existen errores muy comunes que la gente suele cometer y que son la principal causa de este tipo de problemas. Obviamente hay algunos más graves que otros, algunos más determinantes. Pero no te preocupes, por suerte todos tienen solución.
Aquí te mostraré los más frecuentes, los que la mayoría de la gente suele cometer. También te mostraré la mejor manera de solucionarlos. ¿Obvio no? Si hay algo que no me gusta y lo critico, soy de los que no me quedo con eso, sino que busco la solución.
Primer error: contenido poco interesante o mal escrito
Este el primer error del que quiero hablar. Voy a ser muy sincero: no pretendas tener buena repercusión si lo que escribiste no está bueno, si es poco interesante, si los datos nos son correctos o, mucho peor, muchísimo peor, si está mal escrito y con faltas de ortografía.
A mí me pasa, como supongo le pasa a muchísima gente, que si leo un artículo mal escrito o con faltas de ortografía no llego ni a terminar el primer párrafo.
No puedo zoportar leer algo ací, me ase doler los hojos, me hirrita la vista. Si heres de los que escriven ací, te pido por fabor que utilizes un corrector o que ce lo dez a halgien para que te lo hedite y kede como correzponde.
Ahora hablando correctamente, checa muy bien tu artículo, leelo y reléelo una y otra vez, las veces que hagan falta. Si no eres muy ávido con la ortografía, puedes dárselo a alguien para que lo lea, que lo edite, que lo corrija y que quede como corresponde.
Además, tienes que saber qué es lo que le gusta a tus lectores. Ponte en sus zapatos y pregúntate si lo que acabas de escribir es realmente interesante.
Segundo error: nula promoción
No pretendas que tu artículo tenga un millón de visitas si ni siquiera te has preocupado por promocionarlo como corresponde. La ecuación es bastante simple: si estuviste cinco horas escribiéndolo, debes dedicarle el mismo tiempo para promocionarlo.
Hay varias maneras de hacerlo. Puedes recurrir a medios pagos o no pagos. Por ejemplo, Facebook y Twitter cumplen ambas funciones, pero sin duda alguna pagar para promocionar tus contenidos te dará mejores resultados.
El caso de Facebook es muy bueno ya que te permite segmentar los usuarios de acuerdo a sus intereses. Te recomiendo buscar gente que haya descargado material similar al tuyo para compartírselo; subir una buena imagen para llamar la atención; y compartirlo y compartirlo y compartirlo.
Twitter también es muy bueno. Existen herramientas para mandar automáticamente tus contenidos muchas veces. La maneras más efectiva de llamar la atención es publicando algún fragmento del artículo. Yo, por mi parte, creo que compartiré la parte que dice “No puedo zoportar leer algo ací, me ase doler los hojos, me hirrita la vista…”
Además, también puedes buscar gente de acuerdo a sus intereses. Si por ejemplo quieres encontrar usuarios a los que les gusta el marketing digital, simplemente busca gente interesada en el tema.
Otro tip importante es la manera en que mandas tus mensajes. Parece irrelevante, pero te aseguro que si los envías de manera personalizada mucha más gente lo abrirá. Tienen que sentir que tú lo escribiste para ellos y que se lo enviaste exclusivamente, que te tomaste el tiempo de hacerlo, que fuiste tú y no un boot. Es un simple truco, porque existen herramientas que lo hacen de manera automática, pero… ojos que no ven, corazón que no siente.
Tercer error: mal título
Sí, éste es un error mucho más común de lo que parece. Mirémoslo de la siguiente manera: hay una cantidad abismal de información navegando por el cyber espacio; uno es bombardeado a diario por millones y millones de mensajes desde todos los ángulos posibles, desde todos los puntos del planeta; en nuestra casilla de correo electrónico recibimos enormes cantidades de emails.
¿Qué nos llama la atención? ¿De qué depende el hecho de abrir un correo? Si no conocemos a quien lo mandó ¿qué hará que le dediquemos nuestro preciado tiempo? El título, ni más ni menos.
Por ejemplo, hay personas que hacen una enorme cantidad de pruebas, que piensan entre 20 y 30 títulos distintos para cada artículo. De hecho, yo todavía no terminé de escribir éste y sin embargo ya estoy pensando en cuál será el mío. No es tarea fácil. Tampoco algo exacto. No existe una fórmula mágica que determine cuál será el mejor. Es cuestión de probar, de hacer testing, de ver cuál tiene mejores resultados.
Yo, por mi parte, trato de buscar el equilibrio justo en mis títulos. Busco que sean creativos y que a su vez sean divertidos, que contesten preguntas, que saquen dudas, que generen incertidumbre. En pocas palabras, que lo leas y te den ganas de saber qué más hay.
Pero te vuelvo a repetir, pienso en muchos y hago testing para ver cuál tuvo mejor repercusión.
Cuarto error: poco seguimiento
Este cuarto y último error que voy a tratar hoy tiene que ver con el poco o malo seguimiento que uno le da a sus artículos una vez publicados.
La tarea no termina una vez que uno publica sus contenidos. Hay que ser un poco más perseverante y dedicarle unos días más.
Una buena manera de hacer esto es programando tus mensajes en las redes sociales para que los mismos sean reenviados varias veces, especialmente para Twitter.
Es muy común cometer errores. De hecho si uno no los comete es muy difícil que aprenda. A la larga y a la corta te servirá para saber qué hacer y qué no hacer, para saber dónde te estás equivocando y dónde estás dando en el blanco.
Escribir un artículo, publicarlo y que sea un éxito es una fusión entre arte y ciencia. Está en uno hacerlo de la mejor manera. Es cuestión de ponerle ganas, de ponerle cabeza, de dedicarle tiempo, de aprender de experiencias pasadas, de hacer testing. Es cuestión de pasión.