En el mundo del marketing digital existe un término que se escucha cada vez con más fuerza. Es el de Content Curation, también conocido como Curaduría de Contenidos.

Cuando escuché esta palabra por primera vez, automáticamente la relacioné con las curadurías de obras de arte que se realizan en los museos. Y es eso mismo, pero llevado a los contenidos de marketing.

Para ser más exactos, un curador de contenidos es quien encuentra, organiza, presenta y comparte información relevante sobre temas específicos, con el fin de proporcionarles a los lectores su visión acerca de los mismos, generando así debates y comentarios por parte de los usuarios.

Debe ser una persona con un amplio conocimiento en la materia. Su visión y su crítica aguda determinan su reputación y su voz autorizada.

¿Pero cuáles son exactamente sus objetivos? ¿En qué consiste su trabajo?

Muchas son las funciones que debe realizar. A continuación enumeraré las más importantes:

  • 1. Tener un total conocimiento de los temas que circulan por la web con el fin de identificar y seleccionar los más relevantes e importantes.
  • 2. Conocer el público al cual se dirige. Saber de qué hablan, cuáles temas les interesa.
  • 3. Utilizar herramientas y métodos para mantener una revisión periódica.
  • 4. Respetar las normas básicas de propiedad intelectual y licencias de la información que comparte.
  • 5. Ser una voz activa en las redes sociales.
  • 6. Ser una persona curiosa y motivada, y con un gran sentido crítico y analítico.

¿Por qué es importante el trabajo del curador de contenidos?

Hoy en día, tanto las personas como las organizaciones están generando y compartiendo enormes cantidades de contenidos a lo largo de la web.

Por ejemplo, un usuario de Facebook crea un promedio de 90 piezas al mes. Si multiplicamos ese número por los 800 millones de usuarios que tiene Facebook, nos encontraremos con miles de millones de gigabytes dando vueltas alrededor del mundo.

Por eso, teniendo en cuenta la cantidad de información (basura y de calidad) que circula por la web, un curador debe ser un experto en la selección de contenidos relevantes; debe tener un gran sentido de la estética para determinar qué es bueno y qué no, qué se comparte y qué no, teniendo en cuenta que existen millones de usuarios que buscan contenidos de calidad.

De esta manera, el curador se convierte en un referente, ya que es capaz de seleccionar de manera óptima toda la información importante.

Otros puntos claves que nos ayudarán a entender por qué y para qué es fundamental la curaduría de contenidos son los siguientes:

1. Facilita la conversación: el contenido bien curado genera conversaciones y debates. El público, si se siente identificado con el contenido curado y compartido, aportará sus opiniones y experiencias.

2. Genera la creación del contenido propio: seleccionar, criticar y compartir contenido ajeno le dará al curador una opinión y una visión propia de cada tema, que la compartirá con su público, reforzando y agregándole valor a la pieza curada.

3. Le vuelve a dar vida a los contenidos antiguos: el gran caudal de información que transita todos los días y a toda hora por la web hace que nuestros contenidos tengan una vida útil realmente corta.

El hecho de curar contenido muchas veces nos rememora con viejos artículos publicados, volviéndolos a la vida, readaptados y enriquecidos de manera atractiva.

4. Genera confianza: una marca que demuestra dominio y conocimiento, que está al día, que escucha y tiene en cuenta los distintos puntos de vista, que mantiene conversaciones con el usuario, aportándole información y experiencias a través de sus contenidos, es una marca que genera confianza.

5. Aporta conocimiento: la curación tiene la función de pulir y reconocer los mejores contenidos de cada temática.

Es la que diferencia contenidos de calidad de contenidos pobres y chafas.

Esto no hace otra cosa que aportarle conocimientos a los usuarios, dados por los mejores contenidos, generados por los expertos en cada materia.

Para concluir, podemos decir que la curaduría de contenidos es un proceso determinado por tres funciones básicas e importantes: buscar la información, darle sentido a la misma y compartirla.

Buscarla significa sólo la tercera parte del trabajo, pero no la menos importante. Si el contenido que se compartirá es malo, significa que la búsqueda no está funcionando correctamente. Hay que tener muy buen ojo para determinar qué material es digno de ser curado, tratado y compartido.

Darle sentido es agregarle valor, es adaptar las diferentes piezas de acuerdo al objetivo de cada marca.

Compartirla es seguir enriqueciendo el mundo digital con buenos contenidos, es aumentar la calidad de la información, es purificar la web, colmada de contenido pésimo.

No cualquier es curador. Para llegar a serlo uno debe conocer en profundidad cada tema, cada tendencia.

Con la cantidad de información que hoy en día existe, es muy fácil no encontrar la más relevante; es muy fácil perder el ojo crítico y elegir cualquier cosa.

Por eso, es fundamental saber discernir entre lo bueno y lo malo para, al fin al cabo, elegir siempre lo correcto y lo que le agregará valor a la marca, a quien generó ese contenido y a la web.

Saber hacer eso con exactitud marca la diferencia entre los buenos y los malos curadores y determinará la reputación de cada uno.