¿Siguió en estos días la telenovela de Netflix? Primero fue el incremento de un 60% en sus precios en los Estados Unidos que generó un impacto tremendo en el precio de sus acciones y una pérdida de suscriptores que supera en más de un millón a la proyectada por el propio Netflix.
Luego, con el objetivo de calmar a sus clientes pero con una dudosa ejecución, Reed Hastings (CEO de la empresa) publicó su disculpa en YouTube. El explicar que «pocas compañías mueren por moverse demasiado rápido pero muchas mueren por moverse lento» difícilmente generó empatía y fidelidad en sus suscriptores molestos.
Para sumar a la confusión, Hastings anunció que el negocio original de Netflix (renta de DVDs enviados por correo) sería separado de la empresa bajo el nombre Qwikster. Lo que se dice una semana movida para los clientes y seguidores de la empresa.
Pero lo que nos ocupa es el hasta hoy desconocido Jason Castillo, dueño del handle @Qwikster en Twitter y quien se identificaba con una foto de Elmo fumando (hoy cambiada por el escudo del Barcelona FC).
Jason, hasta hoy, se había conectado por última vez a Twitter el 16 de Agosto. Sus últimas noticias indican que lo
picó una abeja y que estaba por salir a jugar al fútbol. Y en menos de un día logró lo que a muchos nos lleva meses, años o nunca logramos: más de 8.000 seguidores en Twitter (nosotros incluídos en la cuenta). En términos económicos, no es demasiado. Comprar esa cantidad de seguidores en Twitter cuesta 97 dólares. Pero en términos de marketing, campañas y contenidos… ¿Es Jason Castillo el marketero del año?